miércoles, 10 de febrero de 2010

De la generación X a la huelga sin fin

Hay un dicho de un activista al que llamaban “Bakunin” en la huelga: “Los moderados venden huelgas. Los ultra las destruyen”.

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En los últimos días, dos han sido los comentarios publicados sobre la huelga, a razón de que se cumplieron 10 años desde que la PFP entró al campus universitario.

El primero se encuentra en la entrevista que Víctor García Zapata realiza a Higinio Muñoz (publicado en Milenio Diario) en la que este líder advierte un momento crítico que el CGH dejó pasar: “los huelguistas acumulábamos una erosión interna que se palpaba en los conflictos entre las corrientes y la pérdida de apoyo social. Espiral descendente que se dio cuando en el CGH no supimos reaccionar al llamado de los eméritos. Ciertamente esa propuesta no resolvía el conflicto, pero era mucha gente respetable pretendiendo renovar la discusión, cuando ni nosotros ni las autoridades estábamos generando nuevas propuestas”.

Higinio Muñoz representaba hace diez años un punto intermedio entre ultras y moderados. Era, digámoslo así, el factor sándwich.

En otro texto (en el blog Frida guerrera), Fernando Belaunzarán (quien estaría del lado más moderado) aseguró:

“Los ánimos facinerosos del ex rector no explican el nivel de polarización en el seno del CGH y su progresiva descomposición interna. Hubo otros factores sin duda más influyentes. Es importante señalar que el grupo político estudiantil que había sido hegemónico en el exitoso movimiento de 1986-87 y que durante la siguiente década tuvo sin duda el mayor peso y repercusión dentro y fuera de la UNAM, conocido como CEU-Histórico se encontraba diezmado porque sus cuadros más experimentados se fueron al Gobierno del Distrito Federal con Cuauhtémoc Cárdenas o bien al PRD, como era mi caso".

Posteriormente añade: que los perredistas que se encontraban en la UNAM quisieron desplazar a aquellos que representaban a los históricos. Por supuesto, después de semejante análisis, no hay nada qué rescatar sobre este texto.

Curiosamente, tanto Higinio como Belaunzarán coinciden en que se perdió la oportunidad histórica de haber hecho caso a la propuesta de los eméritos.

Pero la pregunta clave sigue sin respuesta. Todavía no existe una claridad respecto a por qué no se aceptó, por qué los distintos momentos que el CGH tuvo para dar una salida, un cauce más o menos consensuado, más o menos exitoso frente a la sociedad mexicana, fueron rechazados una y otra vez. Y ahí es dónde no hay estudios.

¿Por qué la ultra ganó al interior de la huelga y se impuso? no puede ser respondido desde la simple y llana descalificación a la ultra. No puede decirse que fue por falta de cuadros perredistas sólidos (y dios nos libre de que haya sido así); no puede decirse que sólo se impuso a partir de la violencia. Porque, aunque nadie quiera reconocerlo, la ultra ganó la simpatía del grueso de los activistas que mantenían la huelga. De ahí, de su supremacía se desprendió todo lo demás.

En resumen: la ultra se ganó la entraña de los que sostenían la huelga. ¿por qué fue así?

En otras palabras: está bien. En 1999, ganó el lado más irreflexivo de los activistas de la UNAM. La regaron, la regaron grueso y las consecuencias continúan. Pero, ¿por qué fue esto? La ultra siempre habitó la UNAM; ¿por qué en 1999 y 2000 conquistó las simpatías de los activistas?

El grueso de los estudiantes que estuvieron en la huelga no pertenecían a una corriente previa. La ultra ganó la huelga… y la destruyó. pero, ¿por qué la ganó en primera instancia?

¿GENERACIÓN X?

Recientemente cayó en mis manos un librito que publicaron varios ex cegeacheros, con el título: “Soy huelguista soy de la UNAM”. Contiene una serie de ensayos. La mayoría no me gustó. Carece de ese factor fundamental llamado reflexión, autocrítica, que urgentemente requiere nuestra generación. (Creo que si no se realiza en los próximos años en torno a la huelga, se condenará a las fuerzas de izquierda y progresistas de México a la más oscura de las barbaries en uno de los peores momentos históricos.)

Pero debo decir que un querido amigo mío, Pável Brito, escribió un ensayo sobre el tema de la generación X y su presencia en la huelga.

Cuando yo iba en el CCH, no se cansaban de decir que mi generación era la generación X. Después de la revolución que significó los años sesenta y setenta; después de la explosión del punk; la mía era una generación apática, desarticulada, indefinida…

Esa misma generación por la que nadie dio un quinto sostuvo, en México, una huelga por más de nueve meses. Y sigue la interrogante: ¿por qué, la generación catalogada de gris, no sólo no fue apática respecto al tema de la gratuidad de la educación, sino que además hizo empatía con los sectores más ultras del abanico de activistas mexicanos? ¿Por qué la ultra ganó la huelga, para luego destruirla?

7 comentarios:

  1. Buena pregunta, con ella tocas no solo al movimiento, sino al papel histórico jugado por la huelga y su cause, no lo termino de imaginar, ¿podríamos considerar a la huelga fenómeno que reflejó el sentir no solo de una generación, sino de un momento histórico de México?, ¿cómo interpretar ese reflejo?, ¿podemos comparar la huelga y la guerra contra el narco? ¿la descomposición del PRD y del PAN? ¿el aparente inminente regreso del PRI? ¿la incertidumbre del sentimiento encontrado entre el cambio social para bien (democratización de los órganos de gobierno) y la crisis (riesgo, bombardeo mediático, violencia, políticos y sus prácticas)?
    Como dicen, un buen análisis no es aquel que nos brinda respuestas, sino aquel que nos lleva a plantearnos nuevas preguntas.

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  2. Anónimo3:37 p.m.

    Totalmente en desacuerdo, quizás por eso somos amigos, exigo derecho de réplica.

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  3. Adelante. Escribe. Saludos

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  4. Pavel Brito envió réplica:


    Que onda, Lydiette, pues gracias por el análisis, aunque leí tu artículo sobre la huelga en la UNAM, y también me pareció demasiado condescendiente pero con el ala moderada, lo que son las cosas.

    Algunas puntualizaciones:

    Eso de que la Generación X, estaba en la Ibero nomás, bueno igual fue un error mío o no me di a entender bien, pero no era lo que quería decir. Más bien en la Ibero se asumió ese rol, y no lo digo yo, he leído tesis de la Ibero en donde ellos mismos se asumen como tales, interesante que leyeras el libro de Tiempo de Híbridos, el ensayo de Néstor García Canclini, algo hay de eso.

    Lo sé, debimos tener más cuidado, no lo tuvimos, pero el libro existe y las voces que están ahí no tienen mucho foro como Higinio Muñoz que puede ser entrevistado en el Milenio o en La Jornada cualquier día, creo que es de lo rescatable del ejercicio.

    El camino que yo elegí fue el del análisis cultural no tanto político. Quizás porque para mí, al menos como lo viví yo, no fue un movimiento homogéneo ni siquiera en sus últimos meses. Recuerdo comités bien combativos en donde hubo ultras y moderados hasta el final. O esa frase tan chida del comité del CCH Azcapotzalco: "no somos ultras ni moderados, tan sólo somos un mar de soñadores". Y la verdad, pienso que ya deberíamos sacudirnos esa frustración que causa el hubiera, por eso tampoco me doy golpes de pecho al respecto, y hay muchas luchas que se avecinan. Por otra parte, las futuras luchas estudiantiles, ya no dependen de nosotros, ya estamos rebasados.

    Y autocrítica, claro que la hay, pero tampoco vamos a autoflagelarnos todo el tiempo, ¿no crees? Vale un abrazo y perdón por el sermón.

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  5. yo la neta estuve en la huelga, desde la prepa ya era activista. entonces sucediò la huelga de los cchs y mala onda porque no pudimos levantar las prepas para darles el apoyo a los cchs.

    todos nos enteramos que los ceu-historicos habìan vendido la huelga, no solo es que se hayan ido al gdf o al prd, se fueron porque ya nadie los querìa, habìan traicionado al movimiento. por eso cuando inicio la huelga, y querian que levantaramos la huelga por nada, como lo era la propuesta de los emeritos, y hacian acuerdos a lo oscurito, pues los mandamos directitos a la chingada. sin ofender, pero asì fue. precisamente despues de lo de los emeritos.

    a inicios de la huelga trabaje con bakunin y otra banda nefasta que era perredista. yo no segui su caminio, siempre independiente fui aprendiendo en la huelga, desde abajo, como era esto de la polìtica de las grandes ligas, de los movimientos sociales. la vida, la lucha, no separo -para mi fortuna, y es precisamente lo que olvidas, que AL INTERIOR DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES TAMBIÈN HAY LUCHA DE CLASES. eso tambièn era la lucha entre ultras moderados e independientes, porque tambièn habìamos independientes, que eramos màs radicales y menos dogmaticos que los ultras, ah! y tambièn menos o nada pequeñoburgueses. ja

    cuando corrimos a los perredistas, nos quedamos los de abajo, pero no todos esos eramos ultras, de hecho los ultras solo eran los tontos contrapartes de los moderados, los que les siguieron el juego, la pugna entre ellos, sus niñerias, la falta de visiòn, nos llevo a donde nos llevo. Abajo, estabamos màs, muchos se fueron porque despues de 9 meses habìa que trabajar, otros estuvimos ahi, lumpeneando, pero siempre combativos. a lo mejor somos antiheroes, como lo dices tu, que bueno que asì sea, me siento orgulloso de eso. me siento orgullos de 10 años de ocupacion en el auditorio che guevara.,

    es falso que la ultra haya ganado la huelga, todos la perdimos. Nadie la destruyo, se autodestruyo, por la simple razòn de que no supimos, en base a la autogestiòn, comenzar a construir otra universidad, o sea volver abrirla, pero desde abajo y a la izquierda.

    saludos.

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  6. Gracias! me quedo con esta idea: "todos la perdimos". En eso tienes toda la razón.

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  7. ... la crítica que estoy tratando de hacer en torno a la llamada radicalización de la huelga es porque, después de casi 10 meses de huelga, de un proceso de aislamiento del movimiento estudiantil, lo cierto es que la UNAM pareciera, se vacunó contra el activismo estudiantil. Muestra de ello es el crecimiento del porrismo en escuelas en las que antes no había; una sere de eventos de agresiones profundas a activistas en el campus univerasitario en los años de 2003, 2004, frente a los cuales, el activismo estudiantil no pudo o no tuvo la fuerza necesaria para contrarrestar.

    todo grupo o movimiento social (incluso los clandestinos) buscan su legitimación. esto se consigue a partir de cierta coherencia entre el dicho y el hecho, y mediante la búsqueda del diálogo con otros actores sociales. Creo que un momento dado esto se perdiò. saludos

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