El pasado 4 de febrero, un grupo de anarquistas intentó hacer explotar artefactos en el Metro en la Línea 2, que va de Taxqueña al Toreo de Cuatro Caminos. Así lo difundió la prensa una semana después, el 12 de febrero, y después de que se diera a conocer el ataque a la embajada de México en Chile por anarquistas de ese país que se sumaron a las jornadas de lucha anticarcelaria mexicana.
La información es contradictoria. Unos medios señalan que los hechos ocurrieron a las 10:30 am. Otros a las 6 de la tarde.
Según el periódico La Jornada "Fuentes de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) señalaron que los hechos ocurrieron poco antes de las seis de la tarde del pasado 4 de febrero, cuando en el trayecto de las estaciones General Anaya y Taxqueña, Adrián Magdaleno González, aparentemente acompañado por dos jóvenes más, intentó hacer explotar en el vagón en el que viajaba cuatro cohetones conocidos como huevos de codorniz, que tenía atados a dos botes de gas butano".
Sólo explotó uno.
Otros medios aseguran que la intención era "descarrilar el metro".
De ser cierto que un grupo anarquista intentó descarrilar el metro, se trataría de una acción que está más cerca del terrorismo que de los actos clásicos de anarquistas en México. Pero, repito, la información es contradictoria.
La policía aprehendió a Adrián Magdaleno, de 21 años y estudiante de sicología; y, según la prensa, fue consignado dos días después de su detención al Reclusorio Norte, acusado del delito de ataques contra la paz pública. Pero de acuerdo con comunicados anarquistas, Magdaleno González estuvo incomunicado durante ocho días.
Me llama la atención que un grupo que reivindica al Frente de Liberación Animal atente contra el transporte público y lo haga en horas en que puede lastimar a terceros.
Habrá que esperar más flujo de información.
Alejandro Jiménez escribió al respecto; y valga el pretexto para dar la bienvenida a "De armas tomar" en blogs libres.
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una carta a angel herrerin, sobre "terrorismo anarquista"
ResponderBorrarSr. Ángel Herrerín López:
Desafortunadamente no podré asistir a su presentación, por motivos de trabajo, lamentablemente no me desenvuelvo en los medios académicos, por esta razón. Y desearía estar presente para emitirle mis opiniones. Curiosamente los medios de (des)información en México, ya mencionan este "terrorismo anarquista" dados los atentados hace unas semanas en diferentes ciudades del país.
He leído con interés su texto “El terrorismo anarquista a finales del siglo XIX. El caso español”, que presentará el día de hoy en el COLMEX dentro del marco del “Seminario Permanente México-España (siglos XIX-XX)”.
Considero como apreciable su aportación histórica. Sabemos que la memoria de los pueblos y sus luchas por la libertad tienen dos o más versiones, dependiendo la visión ideológica con que se le mire. Pero siendo mas honestos u ortodoxos con los estudios históricos (prefiero la palabra ético), un historiador tiene el deber de informarse para decir la verdad y no dejarse llevar por un subjetivismo ideológico. Usted menciona en un párrafo de su texto “No es nada nuevo señalar que el terrorismo tiene entre sus objetivos el incitar una reacción desproporcionada del Estado que justifique sus acciones o provocar una reacción popular que facilite su supervivencia. Todas estas cuestiones están presentes en el caso español, por lo que una de las claves para entender la prolongación en el tiempo de los atentados en España se encuentra, en mi opinión, en la respuesta del Estado. En definitiva, el presente trabajo trata de analizar los principales atentados anarquistas que tuvieron lugar en España a finales del siglo XIX y la consiguiente represión puesta en marcha desde el poder”,
Se comprende (con eso no tengo problema) lo que pretende con su trabajo: INFORMAR, pues considero que aborda el tema de una manera poco objetiva, Usted no se plantea, si los actos de violencia ejercidos por algunas personas o grupos que se reclamaban del anarquismo podían ser considerados actos terroristas, tanto por su objetivo como por su dimensión. Y no sólo no se lo plantea sino que tampoco se interroga sobre lo que es la violencia de los Estados, violencia que si tiene por objetivo imponer su dominación sobre los pueblos mediante el terror. Esto me da a pensar que no se lo plantea porque su trabajo ha sido subvencionado por el medio académico en el que se desenvuelve, resultando que las instutuciones educativas son parte de un Estado y que tienen objetivos espécificos, por lo tanto se comprende también que es una manera de desacreditar al anarquismo, pues es tendencioso hablar de terrorismo refiriéndose a las reacciones violentas de los explotados y dominados y no calificar de terrorista la acción represiva del Estado y la clase explotadora.
Un historiador de su categoría no debería ignorar la complejidad de los movimientos políticos y sociales tanto en esas épocas de “anarquismo terrorista”, como lo que sucede actualmente en el planeta bajo el yugo del sistema neoliberal, donde los Estados y Empresarios arrebatan las tierras a los naturalez, destruyen el ecosistema, reprimen a los pueblos que reclaman este efectivamente TERRORISMO DEL SISTEMA