Lydiette Carrión
Era el 30 de junio de 1764, en Gévaudan, una antigua región
al centro de Francia. Ese día fue hallado el cadáver parcialmente devorado de
Jeanne Boulet, de 14 años. Este fue el inicio de una serie de ataques que asoló
la región por años. Algunos sobrevivieron y hablaron de “una bestia”, “un lobo
muy grande”, “un hombre lobo”. A la Bestia se achaca la muerte de más de 70
personas y ataques a más de cien.
Entonces la gente comenzó a cazar lobos, casi los
exterminaron, pero los ataques no cesaron. Algunos casos fueron singulares. Por
ejemplo, el de Jeanne Tanavelle, de 25 años, hallada con los pechos comidos, la
cabeza separada del cuerpo y semienterrada. Aunque la decapitación y el
entierro eran evidentemente obra de un humano, la muerte de Tanavelle fue solo atribuida
a la Bestia.
Pasó el tiempo, y la corona francesa comenzó a ponerse
nerviosa. Envió a “expertos”, que mataron al primer lobo que hallaron y lo presentaron
en Versalles. Oficialmente el problema se había acabado.
Los ataques continuaron, pero como el rey había mandado
acallar el asunto, a partir de este punto la historia se encuentra oscurecida. La
hipótesis de un médico, sin embargo, destaca: la Bestia de Gévaudan era en
realidad un perro entrenado por Jean Chastel que –se rumoraba en la región– era
un hombre criminal.
Esta historia puede echar un poco de luz sobre los perros de
Iztapalapa.
Consideraciones:
*En el mundo sí se han documentado ataques mortales de
perros. Pero han sido esporádicos y aislados.
*También han sido raros los ataques de dingos. El caso más conocido
es el de una bebé desaparecida y muerta
en 1980, Australia. Sus padres aseguraron que un perro se robó a la pequeña
Azaria. La policía no les creyó y en 1982 la madre fue condenada por asesinato.
Varios años después, la ropa de la bebé fue hallada cerca de una guarida de
dingos. Liberaron a la madre, pero el caso ha sido reabierto, por dudas de la
policía.
* Hace unos días, el hijo de 11 años de Guillermina
Mondragón tuvo que enterrar a su perro. Las mascotas de todos los vecinos de la
1ª cerrada de Camino Viejo a Cuernavaca (Topilejo) fueron envenenados. El
pequeño quiso enterrar la comida para que no murieran más perritos. Se intoxicó
y pasó una noche en el hospital.
Los perros del DF son cazados, como hace tres siglos, los
lobos de Francia.
*Columna Rendija publicada en El Universal Gráfico el 23 de enero de 2013
No hay comentarios.:
Publicar un comentario