Lydiette Carrión
Los vecinos de Santa María Chiconautla y alrededores dicen
que en las últimas semanas han sido levantadas al menos seis jovencitas. Con
certeza, nombre y apellido, se sabe de tres casos recientes.
La semana pasada, varios padres pactaron una reunión con la
nueva fiscal para trata de personas de la Procuraduría del Estado de México,
Guillermina Cabrera Figueroa. La fecha señalada: Sábado 16 de marzo a las 9:30
en el auditorio de Santa María
Chiconautla, Ecatepec, Estado de México.
Pero días antes, vecinos enfurecidos se manifestaron, vandalizaron
la estación del Mexibús Las Torres y casi matan a golpes a un joven acusado de
participar en las desapariciones.
Los familiares de las jóvenes ausentes se deslindaron. Pero
la reunión se canceló.
Cuando una jovencita desaparece, lo primero que dicen las
autoridades es que “se fue con el novio”. Y en ocasiones así es; efectivamente
niñas de 13, 14 años se escapan. Algunas regresan tras un par de días. Otras
no. Más del 60 por ciento de las víctimas de trata fueron enganchadas así: se
fueron de sus casas por propia voluntad. No midieron los riesgos, estaban
enamoradas. Estos casos, si se investigaran a las pocas horas, serían los más
fáciles de resolver. Mas si pasan semanas, meses, el rescate se complica.
Pero en Ecatepec parece que hay otro fenómeno.
El caso de la pequeña Arisbeth, quien fue levantada con
violencia por un hombre moreno, con corte tipo militar, devela que en la zona están
utilizando métodos similares a los practicados en regiones donde operan
carteles como los Zetas, el Golfo, la Familia Michoacana. Esto revela que
existen estructuras criminales fortalecidas y con margen para operar con
impunidad.
Glosario de
supervivencia (para sobrevivir al DF y área metropolitana)
Estiaje:
Temporada del año en que la ciudad se vuelve una nube de polvo y sequedad.
Debido a la falta de agua, las autoridades hacen cortes al suministro
únicamente en las colonias donde ya sufren escasez todo el año. Quizá se deba a
una evaluación de impacto sicológico: como en Iztapalapa o en Tlalpan ya han
aprendido a vivir con la angustia de no tener agua, sus pobladores pueden
tolerar más. En cambio, la misma situación generaría estados de sicosis colectiva
Coyoacán o la Del Valle, por ejemplo.
Columna Rendija publicada en El Universal Gráfico el 20 de marzo de 2013
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