Lydiette Carrión
La desaparición de Iván Serrano, músico y trompetista del
grupo de reggae Los Rastrillos, el 5 de octubre de 2011, es parecida a la de
muchos casos en los que se sospecha un crimen de índole pasional.
Iván Serrano Hernández, que entonces tenía 34 años, estaba
divorciándose de su esposa y ya había comenzado otra relación. Esa tarde se
dirigió a casa de sus suegros para quedar en buenos términos, en Ozumbilla,
Tecamac, Estado de México. Las cámaras del metro del DF registraron su viaje.
Su último mensaje de celular lo envió a su novia y le informó que ya había
llegado a su destino.
Al día siguiente, Francisco no llegó a su trabajo como
músico. Sus compañeros informaron a la familia. El viernes 7 de octubre, la
familia lo reportó como desaparecido ante el CAPEA.
A finales de octubre, el caso quedó en el segundo turno de la procuraduría de
Tecamac, Estado de México. El caso fue avanzando relativamente: los
ministeriales consiguieron la sábana de llamadas del teléfono de Francisco y
determinaron que su última llamada fue a su esposa, y la realizó en Ozumbilla.
También comprobaron que durante los últimos días, Francisco
había estado en constante comunicación con su esposa. Y ésta, cada vez que
hablaba con él, llamaba inmediatamente después a un número Movistar
desconocido.
Lo mismo ocurrió ese 5 de octubre. Después de hablar con
Francisco, la joven llamó a ese número. Después de eso, ni ese 5 de octubre ni
jamás intentó hablar con Francisco.
En enero (2 meses después de la desaparición), la joven esposa
fue llamada a declarar. Fue interrogada por una pasante de Derecho, porque el
ministerio público a cargo estaba de vacaciones. La interrogada dijo que no se
acordaba de quién era ese número “misterioso”. La policía mexiquense le dijo
que fuera a su casa y tratara de “recordar”. Fue citada a declarar nuevamente
para el 25 de enero. Ese mismo día la madre de la esposa la reportó como
desaparecida.
Los meses siguientes la investigación se estancó. Los
ministeriales comentaron a la madre de Iván que no se podría solicitar la
información sobre el misterioso número telefónico de Movistar hasta que pasaran
las elecciones. Para mayo, la familia logró que su caso se radicara en el
ministerio público de Ecatepec.
Ha pasado un año. El teléfono de Movistar sigue sin ser
investigado; Iván sigue desaparecido. Su esposa también, aunque la familia de
ella no la busca.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario