miércoles, 14 de noviembre de 2012

Buscaremos a su hijo después de la elección







Lydiette Carrión


La desaparición de Iván Serrano, músico y trompetista del grupo de reggae Los Rastrillos, el 5 de octubre de 2011, es parecida a la de muchos casos en los que se sospecha un crimen de índole pasional.

Iván Serrano Hernández, que entonces tenía 34 años, estaba divorciándose de su esposa y ya había comenzado otra relación. Esa tarde se dirigió a casa de sus suegros para quedar en buenos términos, en Ozumbilla, Tecamac, Estado de México. Las cámaras del metro del DF registraron su viaje. Su último mensaje de celular lo envió a su novia y le informó que ya había llegado a su destino.

Al día siguiente, Francisco no llegó a su trabajo como músico. Sus compañeros informaron a la familia. El viernes 7 de octubre, la familia lo reportó como desaparecido ante el CAPEA.

A finales de octubre, el caso quedó en  el segundo turno de la procuraduría de Tecamac, Estado de México. El caso fue avanzando relativamente: los ministeriales consiguieron la sábana de llamadas del teléfono de Francisco y determinaron que su última llamada fue a su esposa, y la realizó en Ozumbilla.

También comprobaron que durante los últimos días, Francisco había estado en constante comunicación con su esposa. Y ésta, cada vez que hablaba con él, llamaba inmediatamente después a un número Movistar desconocido.

Lo mismo ocurrió ese 5 de octubre. Después de hablar con Francisco, la joven llamó a ese número. Después de eso, ni ese 5 de octubre ni jamás intentó hablar con Francisco.

En enero (2 meses después de la desaparición), la joven esposa fue llamada a declarar. Fue interrogada por una pasante de Derecho, porque el ministerio público a cargo estaba de vacaciones. La interrogada dijo que no se acordaba de quién era ese número “misterioso”. La policía mexiquense le dijo que fuera a su casa y tratara de “recordar”. Fue citada a declarar nuevamente para el 25 de enero. Ese mismo día la madre de la esposa la reportó como desaparecida.

Los meses siguientes la investigación se estancó. Los ministeriales comentaron a la madre de Iván que no se podría solicitar la información sobre el misterioso número telefónico de Movistar hasta que pasaran las elecciones. Para mayo, la familia logró que su caso se radicara en el ministerio público de Ecatepec.

Ha pasado un año. El teléfono de Movistar sigue sin ser investigado; Iván sigue desaparecido. Su esposa también, aunque la familia de ella no la busca.

 Columna Rendija publicada el 24 de octubre de 2012

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