miércoles, 26 de agosto de 2009
Brad Will y los cuatro peritos
Hoy miércoles, la juez 15 de distrito con sede en Oaxaca, Rosa Iliana Noriega Pérez, resolverá si otorga o no el amparo a Juan Manuel Martínez Moreno, acusado del asesinato del periodista estadunidense Brad Will.
El amparo interpuesto por la defensa de Martínez Moreno se centra en el hecho de que no existen testigos presenciales ni documentación (fotografías, video) que sitúen al acusado en el lugar de los hechos. Los únicos testigos que existen son de oídas (escucharon en el barrio que a Brad Will lo mataron los de la APPO).
Liliana Ivette, Tejada Romero es esposa de Juan Manuel. La acompaña su hijo, de unos 12 años de edad. Ella sostiene que su esposo estuvo con ella en casa ese día. “Mi esposo no es el culpable de la muerte de Brad Will. Es inocente. Hasta el día de hoy el gobierno federal sigue encaprichado”, aunque no hay pruebas reales que inculpen a su esposo.
--¿Por qué inculpar a su esposo?
--Así como fue Juan Manuel pudo haber sido cualquier otro—, explica. Debido a la presión internacional por esclarecer el caso, se decidió fabricar un culpable. “Incluso los propios familiares de Brad Will insisten en que Juan Manuel no es el asesino. Hemos estado en constante contacto con ellos, y nos han manifestado su repudio” a la investigación de la PGR, “y exigen la libertad de Juan Manuel”.
En los últimos días la resolución del amparo ha traído de nuevo a la discusión el caso, un caso que no se resuelve como en los métodos infalibles de CSI Las Vegas o Miami, en donde la "evidencia" es indiscutible. Aquí, la evidencia arroja conclusiones opuestas, según quiénes o dónde trabajen los peritos.
Y ni siquiera podemos achacar la falta de ese carácter indiscutible al tercer mundo, ya que las evidencias del asesinato de Brad Will han sido revisadas, ahora sí, por peritos de varios países.
A continuación, un resumen de todas las versiones, y la transcricpión del único testigo que, asegura, podría identificar al asesino.
¿CERCANÍA DEL DISPARO O BALA PERDIDA?
El caso de Brad Will inició una pugna entre los peritajes de la PGR y jubilados de la policía canadiense, contra la CNDH, que tiene el apoyo de la organización civil internacional Physicians for Human Rights (PHR).
De acuerdo con la PGR y la policía canadiense, los disparos que quitaron la vida a Brad Will se hicieron de cerca (presumiblemente por un miembro de la APPO). El segundo disparo incluso se realizaría mientras Brad Will ya era cargado para sacarlo del lugar o en la camioneta que los transportó.
El informe de la CNDH y el reporte de Human Rights Physicians sostienen que el primer disparo fue realizado de lejos. HRP sostiene que probablemente rebotó con algo antes de impactarse en el cuerpo de Brad Will. Esta hipótesis se basa en fragmentos de pintura roja hallados en las balas.
La PGR desestima la evidencia de la pintura y asegura que un perito marcó la bala durante el peritaje. Las respuestas que manda la PGR al peritaje de la CNDH aseguran que la pintura de la bala es barniz de uñas, utilizado por las autoridades oaxaqueñas para marcar la evidencia.
La CNDH y PHR advierten que encima de la pintura hay tejido del cuerpo de Brad Will, por lo que no tiene sentido que la bala hubiera sido pintada después de impactarse sobre él.
SIn embargo, la segunda bala no está pintada y la PGR pregunta: ¿cómo llegó al cuerpo de Brad Will? ¿Dos balas perdidas? mucha coincidencia.
Los familiares y abogados sostienen que para el caso de Juan Manuel Martínez la cercanía o lejanía del balazo es irrelevante ya que el acusado ni siquiera estaba ahí. Pero se pronuncian por la versión de la CNDH.
El abogado defensor de Juan Manuel insiste: “nosotros estamos de acuerdo con los peritajes de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos”. La hipótesis de un tiro a quemarropa (que sostiene la Procuraduría de Oaxaca, la PGR y la policía canadiense) “se desvirtúa desde el día que se hace la prueba de rodizonato de sodio (para detectar derivados nitrogenados, provocados por disparo de arma de fuego) en el cuerpo y ropas de Brad Will”.
Si el disparo hubiera sido a quemarropa, estos residuos debieron quedar en el cuerpo de Brad Will. Pero la prueba realizada los primeros días resultó negativa.
El abogado continúa: “esa parte ya quedó desvirtuada por sí sola”, ya que desde un principio se realiza esa prueba y resulta negativa. Ni las ropas ni el cuerpo de Brad Will dieron positivo a la prueba.
En el informe presentado por los policías canadienses, se estableció que no fue revisada la playera que vestía el día de su muerte Brad Will (que se encuentra actualmente en el tribunal de Oaxaca), ya que “se había planeado una visita a dicho tribunal para examinar la playera, sin embargo, manifestantes obstruyeron dichas instalaciones por lo que no nos fue posible realizar nuestra visita a los tribunales”.
APAGUEN LAS CÁMARAS
De acuerdo con el informe de los canadienses, “en la grabación de audio se escucha cerca del momento de su muerte a alguien indicando que había algunas restricciones de lo que podía y no podía filmar”.
Pero el informe omite que, de acuerdo con un camarógrafo que entonces trabajaba en Televisa, esas advertencias iban dirigidas a él.
En su declaración del 28 de agosto de 2008, Karol Iván Ilescas Reséndiz (que en 2006 trabajaba como camarógrafo para Televisa) advierte: “…después de media hora aproximadamente de iniciar la balacera una persona se me acerco con un arma de fuego y en tono amenazante me dice “que no, ya te dije güey, que no estuvieras grabando”. Esta persona vestía con pantalón negro, playera negra, zapatos negros, una playera blanca que le tapaba el rostro, de cabello lacio largo, el mismo que podría reconocer sin temor a equivocarme si me lo pusieran a la vista.
“Cuando terminó su amenaza escuché un grito que me hizo voltear hacia mi lado derecho y vi tirado en el suelo a Bradley Roland Will. Cuando le dispararon al camarógrafo extranjero estaban a su alrededor aproximadamente tres personas, una persona estaba cerca de el y otros dos llegaron por el lado de entre la banqueta y la combi para auxiliarlo. Quien estaba cerca del extranjero vestía todo de color negro tapado del rostro de la nariz hacia abajo --sin recordar con qué estaba tapado--. [Vi] que Bradley Roland Will tiro la cámara al suelo abajo del camión de redilas sin percatarme quién levantó la cámara, porque lo que hice fue brincarlo y correr hacia la esquina de Árboles para grabarlo, el tiempo que transcurrió entre el disparo y que salí corriendo fue de aproximadamente entre diez y quince segundos….”.
De acuerdo con Gilberto López, desde 15 días antes de la detención de Juan Manuel, los agentes federales le mostraron al fotógrafo Karol Iván, una fotografía de Juan Manuel, y negó que haya sido él quien se encontraba a un lado de Brad Will. Esto, aseguró el abogado, se encuentra asentado en el expediente, “y esperamos que lo tome en cuenta la juez”.
El informe canadiense advierte que la acción investigativa inmediata de la procuraduría oaxaqueña “fue insatisfactoria. No se realizaron esfuerzos para controlar y asegurar el lugar de los hechos”, pero concede que “estamos consientes del hecho de que la ciudad estaba virtualmente sitiada”.
“La necropsia también fue insatisfactoria. Por la forma en que se llevó a cabo, más que preservar la evidencia probablemente la dañó. Consideramos que de hecho se dañó la bala recuperada de la columna del señor Will (la bala pintada o, como la llama la PGR, la 'bala Problema'). Dicho daño se realizó con un mazo, cincel y pinzas para extraer la bala. No consideramos que esta bala haya golpeado un blanco intermedio antes de impactarse sobre el señor Will”.
“Coincidimos en que la persona que hizo el primer disparo al cuerpo del señor Will se encontraba frente a él y fuera del ángulo de la cámara. Podemos decir que el rango del disparo fue mayor a 70 centímetros .
“Estamos de acuerdo en que la explicación lógica y más fundamentada del segundo disparo sobre el flanco derecho del señor Will ocurrió mientras él era cargado en posición supina”.
RESUMEN DE DATOS
El 27 de octubre de 2006, Brad Will fue asesinado mientras filmaba un enfrentamiento entre policías vestidos de civil y miembros de la APPO en Santa Lucia del Camino, Oaxaca.
El caso de Brad Will no sólo atrajo la presión internacional para resolver el conflicto de Oaxaca en 2006. También se inició una pugna entre los peritajes de la PGR y la CNDH –que tiene el apoyo de la organización civil internacional Physicians for Human Rights (PHR).
Esta pugna revivió hace unas semanas, cuando un peritaje independiente encargado por la PGR a policías canadienses apoyó la hipótesis de tiros a quemarropa.
*Una versión resumida del texto se publicó en El Periódico
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Es un gran texto, sospecho, sin embrago, que el caso Brad Will, para donde quiera que se inclinen los jueces, ya se pudrió. La guerra de peritos da una idea de cómo se pondrán las cosas. Julián Andrade
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