miércoles, 24 de marzo de 2010

Las enseñanzas que quedan (La muerte de Higinio Muñoz)




La enfermedad y muerte de Higinio Muñoz reunió a miembros de las más variadas corrientes ideológicas en la UNAM. También develó la manera en que fue conocido y querido en los más diversos ámbitos de la lucha social: desde Querétaro, la sierra, Chiapas. Quizá esa fue la principal cualidad: buscar acuerdos en momentos coyunturales; respetar las diferencias en aras de impulsar ideales u objetivos comunes. Además de un profundo compromiso con lo que pensaba y lo que quería.

Si bien, en los medios de comunicación se resaltó sobre todo su participación en el movimiento estudiantil de 1999-2000, me quedo con la labor de hormiga y titánica de preparar, organizar y movilizar a los rechazados de la UNAM: un tema al que casi nadie quiso entrarle y que, sin embargo, varios analistas supieron identificar desde principios de los años noventa como el gran drama del futuro. A la fecha, la cifra de rechazados y jóvenes que, a pesar de todo su esfuerzo, se quedan sin educación superior va en aumento y ha conformado (para mal, para catastrófico) el perfil del México del siglo XXI.

¿Seremos capaces de multiplicar esfuerzos? ¿Cómo le vamos a entrar a este tema de los "ninis", de los chavos errantes, desesperados (y no "bien helados" como escribían en los años ochenta los intelectuales de la vanalización)?

¿Cómo le vamos a hacer para generar movimientos estudiantiles legítimos ante la comunidad universitaria, ante los estudiantes de a pie que no conocen ni están interesados en los cambios y la lucha social? ¿Cómo le vamos a hacer para poder generar acuerdos en momentos clave, entre esta comunidad de activistas fragmentada, llena de huecos y rencores?

Quedan preguntas al aire. Ejemplos y espacios por llenar. (Me emocionaron los comentarios del post anterior. Muchas gracias.)

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