domingo, 20 de diciembre de 2009

Crimen pasional

De nuevo, a riesgo de sonar reiterativa, cuando leo sobre feminicidios, siempre recuerdo aquel caso que me marcó al cubrirlo: el asesinato de Yesenia Nungaray.

Siempre se desprendía la duda: la relación entre Yesenia y su (hasta la fecha) impune presunto asesino. Que si eran novios, que si él se la había llevado a vivir a Estados Unidos como su esposa, que si era sólo una relación amistosa, en la que Miguel Ángel sería una especie de hermano mayor para ella...

Él, Miguel Ángel, siempre mintió desde que la mató. Primero, durante años, le dijo a la mamá de Yesenia que su hija todavía estaba viva. Que un día se fue y se llevó su bolsa de lavandería (bolsa en la que después sería encontrada)... pero cuando se supo la verdad, cuando se supo que Yesenia llevaba casi cuatro años muerta, mientras vivía a salto de mata, Miguel Ángel le decía a todo el que quisiera escuchar que había encontrado a Yesenia con otro en la cama.

Como si al señalar la posible infidelidad de ella, una niña de 16 años, él podría tener justificación para matarla. Crimen pasional dirían algunos.

La realidad es que Yesenia llevaba tres semanas en un lugar en el que no conocía a nadie, salvo a Miguel Ángel. Sus caseros unos migrantes legalizados originarios de Jalisco, sólo la llegaron a ver por la ventana, mientras ella, con cara de aburrida, recuerdan, por unos dólares cuidaba a un niño de unos cuatro o cinco años.

La necesidad de guardar la "honorabilidad" de los muertos para evitar la impunidad de su muerte no es privativa de México.

Cuando hablé con los detectives estadunidenses que llevaban el caso de Yesenia, insistían y recalcaban que Yesenia era una buena niña, "she wasn´t a runaway" solía decir el detective Dudek. "She was somebody`s baby".

Y en efecto, Yesenia era una buena niña. No tenía una sola carie, no fumaba, no ingería drogas o alcohol, no tenía tatuajes... pero... acaso entonces, las mujeres y niñas que no son "buenas", aquellas que se han visto obligadas a tener una vida poco convencional, o aquellas que sí estaban engañando a sus esposos o novios, aquellas que sí tienen caries, o tatuajes, o beben alcohol, o usan drogas.. ¿a esas sí se les puede matar?

2 comentarios:

  1. Terrible...
    Crees que podría ser algo así como una neo-moral cristiana? ante el "post-industrialismo"

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  2. hola! Creo que tiene que ver con la cultura de la impunidad. Y en efecto, con esta idea de que, si uno hizo algo "malo" pues no vale la pena tanto defenderte. Pero creo que en el caso concreto de Yesenia se agregó el ingrediente terrible de ser una zona de influencia del crimen organizado (narcotráfico), lo que hizo al presunto asesino, pues intocable durante mucho tiempo. Y pues a la fecha, sigue libre

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