Perros callejeros.
Negros, blancos, amarillos, marrones, moteados, de colores indefinibles e indefendibles; de todos los tamaños, mostrando imposibles mezclas de razas, de formas y figuras variadas: ¿Es ése acaso una mezcla de pastor alemán con french poodle? Ejemplares con pelambres de todas las posibilidades: largo, corto, chino, de escoba o rastafari style; algunos otros flagelados por la sarna...
Hay tres perros por cada persona en el DF y la zona conurbada. Fauna definitoria del hábitat urbano; jadeantes patadeperros (en todo el sentido de la expresión) que repasan calles y avenidas, generalmente en jaurías; en otras ocasiones deambulan solitarios y tristes. A veces parecen sonreír desde sus fauces domesticadas, con la lengua eternamente jadeante; en otras ocasiones van con la cola entre las patas, temerosos, recelosos de sus mejores amigos, los humanos.
"La crueldad no empieza cuando lo matas, sino cuando lo dejas nacer".
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