Han pasado ocho meses desde que Arisbeth Sánchez Izalde, de 15 años, fuera privada de su libertad a punta de pistola. Este fue el caso que puso en alerta roja a los pobladores de Santa María Chiconautla y alrededores, en el estado de México, sobre las desapariciones de adolescentes y mujeres jóvenes, y ocasionó que en su momento, casi lincharan a un ladrón.
El 25 de febrero, pasadas las 6:00 de la tarde, Arisbeth y su hermanito salieron rumbo a la tienda y caminaron hasta la calle Álvaro Obregón. En el entronque con la calle Miguel Hidalgo se les emparejó una camioneta tipo Windstar verde. Un hombre gordo, moreno, con el pelo cortado tipo militar —de entre 30 y 40 años— los subió a ambos a punta de pistola.
Durante una hora los “paseó”. Callejoneó hasta llegar a Circuito Cuauhtémoc. Dobló entre calles un poco más y luego tomó la carretera libre México-Pachuca. Finalmente, esposó a Arisbeth, callejoneó por Ojo de Agua y bajó al hermanito en una calle desolada.
A ocho meses, Víctor Sánchez Franco, padre de Arisbeth, acompaña a los agentes de la PGR a un recorrido, para ubicar cámaras que pudieron haber registrado el paso de la Windstar. “Aunque ha pasado ya tiempo, quieren ver si todavía se puede rescatar un poquito de evidencia”. Él explica que han perdido cualquier patrimonio buscando a su hija. “Pero es lo de menos, vamos a seguir buscándola”. Actualmente, ha surgido una nueva línea de investigación y tienen la esperanza de que los lleve al paradero de su pequeña.
Vinculan casos
En febrero, un día después de que se diera a conocer el caso de Arisbeth, pobladores de Santa María Chiconautla detuvieron a un joven y lo acusaron de estar involucrado en el caso de las desapariciones de mujeres jóvenes.
“No tenía relación. Había robado el celular a una niña y como el pueblo estaba caliente, ahora sí que no buscaron quién la debía, sino quién la pagara”, explica el padre.
Las autoridades han vinculado el caso de Arisbeth con las desapariciones de otras dos jovencitas: Lucía Joselín Robles Sánchez, estudiante que fue vista por última vez el 5 de febrero del mismo año, cuando tenía 17 años, en la estación del Mexibús Las Torres, y Yenifer Velázquez Navarro, de 16 años, quien salió de casa con rumbo a su iglesia en Ojo de Agua, Tecámac, el 4 de diciembre de 2012. Los tres casos están en SEIDO. Únicamente los padres de Arisbeth no han recibido llamadas de extorsión.
Pero en el municipio de Ecatepec, en las colonias populares cercanas a las diversas autopistas y carreteras secundarias, desde 2012 han desaparecido al menos otras tres adolescentes entre los 13 y 17 años. De ninguna se sabe el paradero hasta ahora. El caso más antiguo registrado es el de Luz del Carmen Miranda González, quien tenía 13 años al momento de desaparecer desde el interior de su domicilio en la colonia Jardines de Morelos, dejando la televisión encendida y la puerta de su casa abierta. Las investigaciones llegaron hasta unas llamadas en Hidalgo y luego el rastro se esfumó.
El 8 de agosto de este año, Luz María Jiménez, de 14 años, salió a la farmacia, también en Jardines de Morelos; en casa, la tía abuela preparaba la comida para que ambas comieran. Pero la niña ya no regresó. Finalmente, en septiembre pasado, Diana Angélica Castañeda, de 14 años, salió de su casa en la tercera sección de los Héroes Ecatepec, rumbo a una tardeada en la quinta sección y jamás llegó a su destino.
Los padres de Arisbeth muestran las fotos de su hija: las de la graduación de la primaria, la niña sonriente, en un vestido azul, algunas imágenes familiares, la foto original que ahora circula en los carteles de recompensa: Arisbeth mirando hacia un lado, con el suéter a rayas con el que desapareció.
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