No es que hoy se cumplan cuatro años de la tragedia del News
Divine, en la que 12 personas, entre
ellas tres policías y cuatro menores de edad, fueron aplastadas hasta la
muerte.
Tampoco es que, en cualquier otro país, una tragedia como la
del News Divine significaría el final de la carrera política para los altos
funcionarios, pero no en México. Joel Ortega, quien entonces era secretario de
Seguridad Pública del DF, fue exculpado desde el inicio. Marcelo Ebrard dijo
que Ortega no había ordenado el operativo, pero para no enrarecer el proceso,
había presentado su renuncia. El anuncio fue hecho como si se tratara de una
prebenda, un favorcito a la ciudadanía, de buena voluntad.
Ni siquiera es el hecho de que, de 35 procesados, 34 estén
libres, llevando un cómodo proceso por el delito de “conducta culposa”. Y que
el único encarcelado sea Alfredo Maya, dueño del establecimiento, acusado de
corrupción de menores. O que después de aplastar y causar la muerte a 12
personas, las autoridades hayan detenido a adolescentes y jóvenes para
extorsionarlos y “bajarles un varo”, y a las mujeres (la mayoría adolescentes)
las hayan desnudado sin su consentimiento.
Lo que de verdad indigna en este oscuro aniversario d el
News Divine es que a ningún funcionario, a ninguna persona con el poder de
cambiar las políticas públicas de la ciudad,
le importa de verdad establecer medidas para que los jóvenes dejen de
ser blanco de extorsiones por parte de los cuerpos policiacos. Continúan las
iniciativas de reformas a favor de los jóvenes “congeladas” en la Asamblea
Legislativa.
Descorazona que se
sigan haciendo redadas contra los jóvenes, y que cada vez tengan menos espacios
para divertirse, como lo han denunciado las organizaciones civiles. Al ser
expulsados del circuito legal de fiestas, los chavos cada vez acuden más a
fiestas clandestinas, donde no existe ningún tipo de control ni seguridad.
Pero lo que más desconsuela es que, en todo este proceso,
los habitantes de esta ciudad creamos que la impunidad es normal. Que no se
puede hacer nada contra las personas que han recibido protección ante el caso
News Divine y caminan impunes, o llevan un proceso jurídico de mentiras. Eso es
lo que verdad desconsuela. Sin embargo es lo único que podemos transformar: que
dejemos de pensar que esto no puede cambiar.
Columna Rendija publicada el 20 de junio de 2012 en El Universal Gráfico.